El año se termina y los minutos
finales del día 31 de Diciembre siempre se consumen rodeados de amigos y familiares,
pendientes de las uvas, del reloj… y de los mensajes de móvil que nos
bombardean en esos momentos, deseando en general que tengamos una buena
despedida y una mejor entrada de año. Hay otros lugares en los que, en lugar de
comer uvas a ritmo de las doce campanadas, simplemente establecen una cuenta
atrás de diez segundos para dar la bienvenida al nuevo año. Como no me gustan
las uvas, esta vez, para variar, quisiera aportar mi contaje particular; o al
menos uno que represente a muchas historias personales y a mucha gente que,
seguro, ha vivido de un modo especial este año que ahora finaliza. Estos diez
pequeños "fragmentos de intimidades ajenas", que podrían ser diez mensajes que
aparecerán en la pantalla de algún teléfono móvil en esos momentos en los que
2012 esté llegando a su fin:
DIEZ: La nota que le doy a tu paciencia y a tu cariño. Sé que a
veces es complicado estar a mi lado, por mis olvidos, mis ausencias y mi
egoísmo, pero siempre encuentras el camino adecuado para regalarme una sonrisa.
No podría seguir adelante sin tu apoyo, ya lo sabes…
NUEVE: Días. El tiempo que ha pasado desde que te fuiste para
acudir a ese curso tan importante como necesario. La casa ya no es la misma sin
tu calor; todo se ha vuelto de repente más oscuro y la cama es un espacio vacío
en el que mis manos buscan desesperadas tu espalda. Te necesito a mi lado, en
los días aburridos y las noches desveladas. Vuelve pronto…
OCHO: Las cosas que existen en nuestra vida que, siendo gratis, son
de absoluta necesidad y despiertan en nosotros los sentimientos más intensos y
las satisfacciones más preciadas que uno puede llegar a experimentar: abrazar, sonreír, los amigos, besar, la familia,
dormir, amar y los buenos recuerdos.
SIETE: Un número mágico. Mi fecha de nacimiento, el día que nos
conocimos, el mes en que nació nuestro hijo, los años que llevo disfrutando la
vida a tu lado… También las veces que me han tenido que operar para vencer por
fin a este monstruo del cáncer que conquistaba mis órganos, aniquilando a su
paso cada célula y devastando mi salud. Y siempre luchando contigo a mi lado,
mi mejor arma contra la decepción y el desánimo, mi apoyo y mi descanso, mi
amor…
SEIS: Personas a las que tengo que agradecer que este año haya
sido, sin duda, el mejor desde hace mucho tiempo. Sois un equipo insustituible y sin vosotros no habría podido conseguir
los objetivos propuestos; esa meta que a principios de año parecía inalcanzable
para mí. Por eso quiero daros las gracias de todo corazón: por ayudarme a
abandonar mi silla de ruedas y comenzar a caminar con la ayuda de estas dos
prótesis, en esas interminables y agotadoras sesiones de fisioterapia que con
tanta paciencia habéis llevado a cabo. Estoy convencido de que mi vida será
mejor a partir de este nuevo año que ahora comienza…
CINCO: Minutos para hablar contigo tras estos meses sin respirar a
tu lado. Lo suficiente para descubrir lo que ya sospechaba: que eres el hombre
de mi vida y la persona con la que deseo pasar el resto de cenas de Nochevieja
de aquí al fin de nuestros días. Pensando en lo que te quiero, me he dado
cuenta de que te quiero más de lo que pienso…
CUATRO: Palabras que nunca te dije cuando tuve oportunidad; ahora
me arrepiento de no haber sabido expresar mis sentimientos. Quizá por miedo,
tal vez por orgullo o a lo mejor porque mi vulnerabilidad hubiera salido a
flote. Lo cierto es que, a pesar de haberlo considerado en más de una ocasión,
mis labios siempre estuvieron sellados sin arriesgarse a decir algo que ahora,
con el paso de los meses, adquiere más significado que nunca: “te echo de menos”…
TRES: Copas de champán que he tenido que tomar antes de atreverme a
decir que me gustas, que pienso en ti a cada momento del día, que nunca me he
animado a hablar contigo cuando desayunas todos los días en el bar en el que
trabajo. La vida nos regala a veces grandes casualidades y hoy, en esta fiesta
de Fin de Año, voy a pedir un deseo: despertarme con un beso y un abrazo a tu
lado en el día de Año Nuevo: la mejor manera de empezar a quererte…
DOS: Nosotros. Tú y yo. No hace falta nada más para pasar la mejor
noche de fin de año de mi vida, ahora que por fin estás a mi lado. El año
pasado ni siquiera esperé a que dieran las doce; una excusa muy socorrida sirvió
para ausentarme de esa fiesta en la que todo y todos me recordaban a ti. Hoy
será diferente: no celebraremos la llegada del nuevo año; vamos a festejar que
has vuelto. Suficiente motivo como para vivir esta noche de felicidad…
UNO: Y muchos: un beso arrancado a tus labios, un “te quiero” que
perfora mi alma, un día de playa iluminado por tu mirada, una noche compartida
entre jadeos y caricias, un mensaje de una frase que resume todo en pocas
palabras, una canción dedicada para no olvidar esa tarde en el parque, un
regalo especial en un momento inesperado, un corazón entregado que se acelera
ante tu abrazo, un deseo de seguir amándote en el año que ahora comienza…