20 de octubre de 2011

UN ABISMO

Despierto sobresaltado en medio del silencio y la oscuridad de la noche. La habitación está fría y se puede respirar la calma que se ha adueñado de la casa. Todavía desorientado, extiendo mis brazos hacia tu cuerpo dormido, palpando temeroso y preocupado por no precipitarme al vacío central que separa nuestros dos lados de la cama. Un barranco cortado con el cuchillo de tus desprecios y erosionado por los años de convivencia, con límites escarpados y con un fondo invisible que se pierde bajo el colchón.
Sigues ahí, respirando profundamente, transportada por el sueño a otro lugar y quizás a otros brazos. Y apoyo mi mano sobre tu espalda, simplemente para comprobar que no te has ido. Respiro hondo, me relajo en esa negrura con los ojos abiertos y trato de recuperar el sueño y la calma, intentando no pensar en que un día extenderé mis manos y chocaré con el vacío y el sabor del abandono.
Mis párpados se niegan a cerrarse de nuevo; con el sonido de mi corazón de fondo, recuerdo tiempos pasados en los que, a pesar de esa brecha vertical y virtual que dividía nuestro horizontal descanso, te acercabas en mitad de la madrugada, buscando sin querer un poco de calor bajo las sábanas. Meses después, ante la misma acción, el contacto de mi cuerpo con el tuyo te sorprendía y espantaba tu tranquilidad. Entonces reculabas hacia tu territorio, brusca pero sigilosa, con el temor de haberme despertado arañando tu orgullo. Yo me daba cuenta, pero fingía bucear en las profundidades del océano de mi inconsciencia. Y esa brecha, ese abismo entre tu lado y el mío de la cama, se ha ido haciendo cada vez más intenso.
Esta noche dejaré a un lado mi vértigo y me asomaré, tratando de conquistar un puente a tu cariño. Quisiera creer que dejarás encendida la luz de tus ojos para que no me pierda entre la niebla de mi indecisión. Y encontrarte, para volver a dormir toda la noche abrazado a ti.   

17 de octubre de 2011

POLINIZANDO

Os dejo por aquí este maravilloso vídeo (obtenido de TEDTalks) en el que insectos y otros animales hacen de actores espontáneos y nos muestran toda la belleza que encierra la naturaleza, desde algo tan sencillo y a la vez tan complejo como la polinización. Te das cuenta de la importancia de los pequeños detalles y, de manera paradójica, te hace pensar en lo insignificantes que somos en relación a este universo del que formamos parte.
(De nuevo, gracias M. A. por tus envíos...)


16 de octubre de 2011

PARA REFLEXIONAR...



"Por favor, no se olvide de que ya no bebo, pero soy una alcohólica que no bebe. Es diferente" (Marguerite Duras)



"El mundo está lleno de melones por abrir llamados posibilidades" (George Eliot)








"El color me posee, no tengo necesidad de perseguirlo; sé que me posee para siempre. El color y yo somos una sola cosa" (Paul Klee)






"Prevenir es mejor que luchar. Obtener 100 victorias en 100 batallas no es el colmo de la habilidad. Someter al enemigo sin librar combate es el colmo de la habilidad. La habilidad para impedir las complicaciones es la clave del éxito; se gana más evitando al enemigo que luchando contra él"
Sun Tzu (El arte de la guerra)


"No corras, ve despacio, que a donde tienes que ir es a ti solo"
(Juan Ramón Jiménez)










"Después de una comida excelente, uno se siente proclive a perdonar a todos... incluso a sus propios parientes"
(Oscar Wilde)





"Caer está permitido; levantarse es obligatorio" (proverbio ruso)

"Hemos construido un sistema que nos persuade a gastar dinero que no tenemos en cosas que no necesitamos para crear impresiones que no durarán en personas que no nos importan" (Emile Henry Gauvreay)


FREE YOURSELF

Lo reconozco. No puedo resistirme a compartir este vídeo comercial de Nike, cuyo título ya deja entrever su contenido ("Best Nike commercial of all time") Lo cierto es que te diviertes contemplando las múltiples peripecias que desarrollan los atletas y protagonistas de las imágenes. Es corto pero intenso (el detalle del diente es magnífico...). Como dice al final, "FREE YOURSELF"
(Como siempre, la referencia de la música que acompaña al video: la canción se titula "Nobody but me" y está interpretada por el grupo The Human Beinz)


10 de octubre de 2011

EL RARO


Había sido un niño gordo, con una infancia desgraciada en el seno de una familia desestructurada. Su escasa autoestima y la fragilidad de su carácter le habían convertido en blanco de no pocas burlas y degradantes motes, relacionados siempre con su volumen corporal y su incipiente y secundaria tartamudez. Sufrió, durante los pocos años de su escolarización, un acoso que en aquella época no estaba definido ni reconocido como tal, pero que dejó en su corazón una herida indeleble, que con el paso de los años fue creciendo en intensidad, en proporción similar a su rencor hacia esa sociedad que de manera tan cruel lo había etiquetado.
Yo me cruzaba con él casi todas las mañanas, camino del trabajo, al atravesar apresurado la calle 41, su territorio de influencia y hábitat particular. Absorto en sus pensamientos, siempre con la cabeza gacha y la mirada perdida, como si el suelo fuera un abismo insondable. Rumiaba frases y su discurso dejaba escapar de vez en cuando una sonrisa inocente que delataba el anhelo de una felicidad que nunca pudo alcanzar. A simple vista, con aspecto andrajoso, barba descuidada y kilos de sobra para repartir por el barrio, se trataba de un personaje más de los que pueblan el espectro de los marginados sin techo de cualquier ciudad. Nadie en su sano juicio hubiera apostado un céntimo por la suerte de un individuo tan prescindible, cuya trayectoria en la vida se presentaba a todas luces corta y anodina.
El destino quiso que nuestros caminos se entrecruzaran en una fría mañana de otoño. La urgencia y las prisas por no llegar tarde a mi trabajo se dieron de bruces con su despiste e introspección, provocando un encontronazo entre ambos en plena acera, del cual salió bastante más perjudicado él que yo: tumbado en el suelo tras tropezar con mi torpeza, con un vaso de papel vacío a su lado y los restos del que supuestamente iba a ser su líquido desayuno, desparramados por los adoquines. Aceptó mis disculpas a regañadientes, con un talante huidizo y esa sensación de animal acostumbrado a ser humillado que impregnaba cada uno de sus actos. Tan sólo contemplé en su cara una cierta satisfacción cuando decidí compensar mi atropello, invitándole a un café y un bocadillo en el bar ante el que se había producido el incidente.
Y así, entre mordiscos a un sándwich de jamón y queso y sorbos de café, fue desgranando su vida ante mí con lentitud, orgulloso de tener por fin delante a un interlocutor que no miraba su aspecto con desprecio. Descubrí al ser humano escondido tras esa imagen descuidada; el que disfrutaba coleccionando bolsas de plástico de diferentes colores y tamaños; el que acudía a la estación de tren cada tarde para respirar ese olor metálico tan característico y agradable a su sentido olfativo; el que se tumbaba boca arriba en el césped del parque con la única intención de ver pasar las nubes… Un personaje cercano y convencional, con el que la vida no tuvo compasión y condenó desde muy joven a la oscura prisión de la marginalidad.
Hace una semana me abofeteó la noticia y su foto en un periódico local: lo encontraron colgado en un solar abandonado. Se había quitado la vida fabricando una soga con fragmentos de ropa y trapos viejos; ni siquiera tuvo la ocasión de acabar con sus días en condiciones, sino rodeado de escombros y con una cuerda miserable e improvisada. Fiel reflejo de su existencia…   

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